Rotación del CVP: Evitar el trauma y dolor en los pacientes

  • Actualmente, los mayores problemas asociados a la rotación de catéteres son los daños físicos que le pueden causar al paciente (en términos de dolor, sobre uso y daño de las venas) y de costos financieros, ya que se utilizan más recursos. Sin embargo, también hay riesgos de otras complicaciones médicas asociadas. Por eso, tenemos el deber de mejorar la educación respecto al tema: no se puede utilizar una vena una y otra vez en distintos lugares y no se puede pinchar a un paciente en múltiples ocasiones, a menos que sea realmente necesario. Lamentablemente, eso no pasa.

    La indicación clínica dice que el catéter se puede dejar hasta 72 horas antes de cambiarlo, pasado ese periodo es necesario sacarlo y poner uno nuevo en otra parte del cuerpo. Antes de esas 72 horas no hay razón para cambiar el CVP, a menos de que haya un problema con él. Hoy sabemos, después de muchos estudios, que el resultado es el mismo (o incluso mejor) cuando se deja el catéter por el tiempo recomendado. De hecho, está comprobado que los beneficios de seguir la política de Rotación Clínicamente Indicada del Sitio de Inserción del CVP son muchos. Pero, sobre todo, se salvan venas y se mantiene a los pacientes mucho más cómodos y felices.

    Por todo esto y más, debemos preocuparnos por ofrecer la educación, evaluación y apoyo adecuado a las enfermeras, de manera que puedan saber claramente cómo tratar a los pacientes y, también, descubrir posibles complicaciones antes de que se transformen en problemas reales.

    La meta actualmente es mejorar la implementación de la rotación clínicamente indicada de catéter, y hay ciertas prácticas que nos ayudan a alcanzarla fácilmente. Entre las opciones tenemos: usar procesos adecuados de desinfección, elegir los mejores lugares para poner los CVP -no sólo el antebrazo-y usar catéteres de calibre 20, que sabemos gracias a diversos estudios que son los que tienen mejor performance y duración en el tiempo.

    Aplicando estas prácticas, y educándonos constantemente, podemos asegurar que los pacientes recibirán una mejor atención y se reducirán las complicaciones que tienen que ver con terapias intravenosas.