Patricia López
Enfermera de la Universidad de Chile, experta en infecciones intrahospitalarias y miembro titular de la Sociedad Chilena de Control de Infecciones y Epidemiología Hospitalaria.
La importancia de tener un proceso definido para preparar el sitio quirúrgico permite controlar la aparición de una ISQ.
La evidencia estima que tenemos 10 microorganismos por gramo de tejido, por lo que 10 cm2 de piel no preparada para una cirugía tiene 100 mil microorganismos. Así, podemos ver que el riesgo de adquirir una Infección en el Sitio Quirúrgico es alto en un cuerpo humano.
Además, es imposible impedir la replicación de las bacterias y virus sobre la piel, incluso a las 24 horas de haber aplicado un antiséptico, estos organismos aparecen nuevamente, gracias a la acción de las glándulas sudoríparas, los folículos pilosos y la dermatitis que el paciente pueda traer desde su casa.
En las cirugías ambulatorias o mínimamente invasivas puede ser que la incisión sea pequeña, pero aún así tiene riesgo. Por eso, es de suma importancia programar el uso de pabellón, para permitir la preparación preoperatoria. El médico debe asegurarse de que el paciente entre en las mejores condiciones.
Sabemos que no todo es evidencia, también hay acuerdos o protocolos que se deben cumplir, porque tienen que ver con la organización de un lugar. La racionalidad pasa por el retiro de joyas, maquillaje, accesorios cosméticos, pestañas postizas, de prótesis dental, etc.
Dentro de esta guía estándar para el personal de salud, constatar las condiciones generales de la piel y la mucosa son claves antes de la intervención. Por eso, se debe revisar si hay tatuajes, expansores, lesiones o infecciones y revisar aspectos de orientación infecciosa como cultivos de orina, la parte respiratoria del paciente y también las condiciones de higiene personal.
En el protocolo de higiene regular se indica hacer un baño por arrastre con agua y jabón, de cuerpo y cabello, 12 horas previo al preoperatorio. Proveer al paciente de jabones no irritantes, no alérgenos y enseñarle la higiene de manos porque mientras están despiertos se van a tocar la zona quirúrgica y la contaminarán.
Protocolizar estas etapas nos permite asegurar que todos los profesionales cumplan con ellas, que se pueda revisar el proceso y posteriormente, en el caso de que algo haya fallado, detectar en qué momento se abrió paso a la falencia que provocó una ISQ, por ejemplo.
En la guía de recomendaciones podemos destacar 7 claves para un buen resultado:
Por último, es importante recordar que las tasas de ISQ son multi dependientes, el evento adverso es una suma de cosas que hacemos o que dejamos de hacer.
Muchas veces el cirujano no quiere notificar sus ISQ, pero yo siempre les decía, que si no lo hacían no vamos a poder revisar cual fue la parte que falló en su paciente. Tal vez su técnica fue excelente pero no participó en la selección del material quirúrgico y que, por lo tanto, está siendo parte de una porción muy pequeña del éxito final de una cirugía.
Agradecemos su interés. Un representante de 3M se contactará en breve para aclarar tu consulta.